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miércoles, 21 de septiembre de 2011

El toque dorado





El toque dorado, o la leyenda del codicioso rey Midas y el dios Baco.


Aquí van algunos trabajos que hicieron los chicos con el mito del rey Midas y el dios Baco. Esta historia, como todos los mitos, enseña que los seres humanos tenemos que ser cuidadosos con nuestros deseos, porque no sólo se pueden hacer realidad sino que se pueden volver sobre nosotros mismos.
Nosotros también quisimos pedirle un deseo al benévolo dios, yo le pedí que hiciera desaparecer la ceniza ya!!!!!




Era el rey Midas que le pidió un deseo a Baco, el dios del vino. Deseo que todo lo que tocará se convirtiera en oro. Este se lo concedió. Midas se fue muy contento a su casa tocando ramas, piedras, etc. cuando llegó a su casa quiso comer, pero no pudo porque se convirtió en oro. Quiso tomar agua y también se convirtió en oro, entonces le pidió al dios que le deshiciera el hechizo.

Baco apareció en el patio del castillo, deshizo el hechizo y le dijo al Midas que se bañara en el río Pactolo.


El deseo que le pediríamos a Baco es que nos traiga un poco de oro...jajajajaja!

Priscila y Rocío.


El rey pidió un deseo al dios Baco para convertir en oro todo lo que tocará, él tocó una piedra y ésta se convirtió en oro. Gritó alegremente y dirijiéndose a Baco agradeció que su deseo se haya hecho realidad. Gritó gracias, y dió una vuelta despidiéndose con una mano, para seguir su camino.


Florencia




Un día el dios Baco se cruzó al rey Midas y este lo invitó a una fiesta, entonces el dios Baco le dijo: Oh Midas pide cualquier deseo.... y el re Midas dijo: ¿lo que quieras?

Baco respondió: sisisisi.

Entonces Midas pidió que todo lo que tocará se convirtiera en oro. Entonces Baco le dijo: ¿por qué si tienes todo el oro que hombre pueda pedir? Cuando Baco se fue el rey Midas lo saludaba y habiendo una rama cerca, el rey al tocarla vió como ésta se convertía en oro. camino a su castillo toco cuanto tocara se convertía en oro. Él estaba felíz, pidió su banquete de comida para celebrar, al comer todo cuanto tocaba se convertía en oro. Midas se entristeció, se tiró en el pasto de su castillo y con la mano apuntando hacia el cielo dijo: Ohh dios Baco, te imploro que retires este deseo, el dios Baco oeyendo sus gritos bajo donde él se encontraba y le dijo que era muy ambicioso, por esta vez te perdonaré, vé a bañarte al río Pactolo. Haciendo esto Midas se libro de su deseo y pudo saciar su apetito.


Yo le pediría a Baco que me de buena suerte.

Matías.




Baco el alegre dios del vino, levantó su copa. Brindó por tí rey ya que fuiste tan hospitalio conmigo te condo un deseo. ¿lo que quiera? preguntó Midas. Si, respondió el dios. Midas pidió que todo lo que tocará se convirtiera en oro puto. Luego partió.

El rey Midas no sintió nada, agarró una roca y se convirtió en oro, tocó un árbol y este se convirtió en árbol-oro. Fue por los pastizales tocando los trigos que convertían en oro a su paso. Cansado de tanto correr fue a comer. Cuando agarró el pan este se convirtió en oro. No pudo comer nada, quiso beber agua y esta se convirtió en oro. Se tiro al suelo y le pidió a Baco que regresará a quitarle sus poderes. Baco le quitó sus poderes y le dijo: haz aprendido tu lección?

Si, contestó el rey, no deseo más oro que el que tengo.


Yo le pediría a Baco tener suerte y mucha suerte, y ganar.

Brian.


El rey Midas que era muy pero muy ambicioso, fue muy hospitalario con el dios Baco, entonces este le concedió un deseo, lo que el rey quisiese. Midas pidió que todo lo que toque se convirtiera en oro, y el dios le cumplió su deseo. Midas se dirigió a su palacio, se fue saltando y bailando de alegría. Luego quiso correr una rama de su rostro, y ésta se convirtió en oro. Al agarrar una piedra del suelo, también se convirtió en oro. Después se puso a pensar que su deseo no era tan bueno, porque quiso comer y la comida también se convirtió en oro... desesperado agarró la jarra con agua para tomar, y el agua se convirtió en oro. Ahí se dió cuenta de que su tonta ambición lo iba a matar... se tiro al piso y lloró. Pataleando llamaba a Baco para que deshaga su deseo. Por suerte el dios lo escuchó, Midas confesó: he sido un viejo ambicioso. Baco lo perdonó y le dijo: bañate en el río Pactolo. Midas hizo lo que el dios le dijo, y así fue como deshizo su deseo. Luego volvió al palacio y comió un banquete.


Yo le pediría a Baco que me regale el secreto de la vida.

David.



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